Cuando la milicia viajaba en bici
Todas las guerras han sido libradas con armas: lanza antigua, garrote, pólvora – ésta última con necesidad de más artilugios- . Pero hay una que ha sobrevivido y se ha conservado muy bien hasta nuestros días. Incluso ha evolucionado.
La bicicleta en la guerra fue un elemento esencial. Había pocas maneras de transportarse porque no todo el mundo podía permitirse un vehículo y los caballos caían uno a uno durante las guerras. Siendo este animal por solitario, en calesa o tranvías tirados por ellos mismos el principal transporte y su difícil permanencia lo que provocó el nacimiento de la bicicleta como forma de traslado. De batalla en batalla y de casa en casa.
Aunque en el Reino Unido implantaron la bicicleta como parte del transporte en Territorial Army (soldados a tiempo parcial para combatir), fueron en Francia los primeros en darse cuenta de que esta manera de transportarse era muy eficaz y lo introdujeron en su ejército en 1886. Por entonces, se combatía en la guerra franco–prusiana, aquella en la que fueron ganadores los prusianos junto a sus aliados. Conociendo ya esto, en la segunda guerra Anglo–Bóer, se extendió su uso como transporte de mensajería, material o cualquier vigilancia de enemigos. Atrás no quedaron los batallones ciclistas ingleses y alemanes, que incorporaron este vehículo rápidamente.
A finales del siglo XIX, Estados Unidos, parte de Europa y Australia denominaron a la bicicleta como máquina segura. Servía como transporte de mensajería, material o eran los propios obreros de las ciudades quienes viajaban en la máquina segura -la bicicleta-. Luego, con los ejércitos modernos, la bicicleta siguió el mismo curso: el de la evolución.
Fue ya, en la Primera Guerra Mundial cuando su uso era generalizado. Veían en la bicicleta un medio de transporte fácil, cómodo, que aguantaba armas y no había que alimentar –una alegría en tiempos de guerra-.
Y así, hasta nuestros días. Porque actualmente su uso no es de milicia ni combate, si no de movimiento diario, de estilo de vida. Los niños de Stranger Things también libraron –o lo están haciendo- una guerra recorriéndose Hawkins en sus bicicletas (al estilo E.T). ¡Larga vida a la evolución de la bicicleta!